TERAPIA GESTALT EN MADRID CHAMARTIN
Blog de Alejandra Hernández Di Bartolomei. Psicóloga y Psicoterapeuta. Terapia Gestalt. Terapia de Pareja. Madrid, Chamartín. Príncipe de Vergara 264. Cita previa: Tlf.: 661304420
miércoles, 14 de octubre de 2015
jueves, 8 de octubre de 2015
Qué es la Terapia Gestalt
"La Terapia Gestalt es algo más que una simple psicoterapia, se presenta como una verdadera filosofía existencial, un "arte de vivir",
una manera particular de concebir las relaciones del ser humano con el
mundo. La Gestalt se sitúa en la encrucijada entre el psicoanálisis, las
terapias psicocorporales de inspiración reichiana, el psicodrama, el
sueño dirigido, los grupos de encuentro, los enfoques fenomenológicos
existenciales y las filosofías orientales.
Pone el acento sobre la toma de conciencia de la experiencia actual
("el aquí y el ahora", que engloba el resurgimiento de una vivencia
pasada) y rehabilita el sentimiento emocional y corporal, generalmente
censurado en la cultura occidental.
La Terapia Gestalt desarrolla una perspectiva unificadora del ser
humano, integrando a la vez, sus dimensiones sensoriales, afectivas,
intelectuales, sociales y espirituales, permitiendo una experiencia
global donde la vivencia corporal puede traducirse a palabras y la
palabra pueda ser vivida corporalmente.
Favorece un contacto auténtico con los otros y con uno mismo. La
Terapia Gestalt no sólo tiene como objetivo simplemente explicar los
orígenes de nuestras dificultades sino experimentar y "experienciar" los
indicios de las soluciones nuevas: a la búsqueda dolorosa y,
generalmente, evitativa del 'saber por qué', ofrece la alternativa del
'sentir cómo', dando paso así a un proceso de movilización que favorece
el cambio."
De "Una Introducción a la Terapia Gestalt"
Dr. Manuel Ramos Gascón
Dr. Manuel Ramos Gascón
Tlf.: 661304420
Psicóloga. Terapia Gestalt. Terapia de Pareja
C/Príncipe de Vergara, 264
Madrid 28016
jueves, 9 de julio de 2015
jueves, 25 de junio de 2015
Todo lo que somos
"A veces escuchamos que alguien dice «soy débil» o «soy fuerte» o soy así o asá. Cuando hace estas afirmaciones, la persona trata de extenderse con una idea acerca de sí misma, pero por otro lado se limita, se contrae en esa misma idea de sí misma. La principal tarea en la vida es extenderse en todas las direcciones, reconocerse en todas partes. Esto es el crecimiento. Por eso muchas veces es necesario cambiar y salir de los estrechos límites marcados por la identificación con ciertas características de nuestra personalidad para lograr el desarrollo deseado. Porque la vida requiere de la fuerza en ciertos momentos y contextos, y de la debilidad en otros, de la ternura tanto como de la dureza, de la inteligencia en ciertas cosas como de la ignorancia y torpeza en otras. Así aquellos que quieren tener un perfil muy definido y constante, estable, corren el riesgo de convertirse en máscaras de sí mismos. Por el contrario, aquellos que cultivan el arte de la flexibilidad siempre parecen nuevos, creativos, sorprendentes y ajustados a lo que cada momento requiere."
JOAN GARRIGA
Libro Vivir en el alma – Capítulo IV – Amar lo que somos.
JOAN GARRIGA
Libro Vivir en el alma – Capítulo IV – Amar lo que somos.
viernes, 24 de abril de 2015
miércoles, 15 de abril de 2015
¿Qué es un trauma?
La palabra trauma deriva del griego y significa "herida". El trauma es una "herida psicológica" que puede ser provocada por variadas situaciones.
Generalmente pensamos que los traumas son problemas originados por grandes desastres naturales o situaciones causadas por el hombre, como guerras, accidentes, abusos, etc.
Sin embargo podemos distinguir entre Traumas con "T", por la gravedad de sus causas, y traumas con "t", cuyo origen está relacionado con hechos, aparentemente, de menor importancia como por ejemplo: desprotección, humillación, cambio de roles en la familia, etc.
Sin embargo, la importancia relativa de las causas del trauma no hace que el daño que se produce sea menor. Puede ser tan dañino un "Trauma" como un "trauma", porque sus efectos dependerán de cada persona, de su historia y entorno afectivo, del momento en que se haya producido y de su reiteración a lo largo del tiempo.El trauma, no importa su origen, afecta de tal manera la salud, la seguridad y el bienestar de la persona, que ésta puede llegar a desarrollar creencias falsas y destructivas de sí misma y del mundo.
El trabajo del terapeuta consiste en ayudar a la persona a integrar el o los sucesos traumáticos, de modo que éstos no sigan causándole dolor y sufrimiento.
sábado, 21 de marzo de 2015
Pasar a la acción
La enfermera australiana Bronnie Ware, trabajando en un hospital con enfermos terminales preguntó a estos enfermos sobre lo que hubieran querido hacer o no hacer en su vida. Asombrada por la repetición de los mensajes, recopiló 5 frases que decían los pacientes, siendo la principal la primera:
- Ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer y no lo que los otros esperaban que hiciera
- Ojalá no hubiera trabajado tanto
- Hubiera deseado tener el coraje de expresar lo que realmente sentía
- Habría querido volver a tener contacto con mis amigos
- Me hubiera gustado ser más feliz
Tal como la autora explica, las personas
no se arrepienten de haber hecho algo, sino que se arrepienten de no
haber hecho; de no haber actuado como querían, de no haber expresado sus
sentimientos, de no haber buscado a un antiguo amigo… éste es el
mensaje que hay detrás de toda una vida, actúa, haz lo que creas que tienes que hacer. Tal como dijo Nicolás Maquiavelo “Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse“
jueves, 12 de marzo de 2015
¿Por qué aparece el miedo?
El miedo es una reacción de tu cuerpo ante una sensación de peligro. No es una sensación mala, todo lo contrario, tu cuerpo te está avisando que algo es diferente a lo normal o que hay una potencial amenaza cercana. Que lo percibas es muy bueno, especialmente si esta amenaza es real.
Ya que lo percibes y que tu cuerpo te avisa de la nueva situación, debes escucharlo, pero no paralizarte. Es cierto que tienes un montón de sensaciones físicas nuevas y desagradables, pero debes concentrarte en el momento, tratar de ver más allá y entrar en acción.
Podemos clasificarlo en miedo saludable y miedo no saludable. El miedo no saludable es el que te paraliza, no te permite avanzar y te deja estático. Es el miedo que produce la indefensión y el abandono, cuando la persona piensa o siente que no puede hacer nada para enfrentarse a la amenaza que ha percibido.
Esa es la clase que debes combatir y transformarlo en un miedo saludable. Este segundo te mantiene alerta, con precaución. Te advierte de nuevas situaciones pero te deja moverte y avanzar. Es más, en muchos casos hace que vayas más allá -en un sentido positivo- de donde pensabas que se encontraban tus propios límites.
(...)
Autor: Okairy Zúñiga
lunes, 23 de febrero de 2015
El (difícil) camino de conocerse
“Un cazador, que buscaba la pista de un león, preguntó a un leñador si había visto huellas del felino.
Este le respondió: “Conozco el sitio donde se cobija. ¡Voy a mostrarte al león mismo!”
El cazador se puso blanco y, entre castañeteos de dientes, confesó: “Sólo busco la pista y no al león”.
miércoles, 28 de enero de 2015
No me importan las barreras si estoy siempre conmigo...
Preciosa canción y video. Preciosa voz. Transmite fuerza, sensibilidad, y verdad. Un himno, un mantra interior.
Sigo y sigo y sigo...
No me importan las barreras si estoy siempre conmigo
Sigo y sigo y sigo...
No me importan las barreras si estoy siempre conmigo
Tlf.: 661304420
Psicóloga. Terapia Gestalt. Terapia de Pareja
C/Príncipe de Vergara, 264
Madrid 28016. Zona Chamartin
viernes, 26 de diciembre de 2014
NO TE DETENGAS
No dejes que termine el día sin haber crecido
un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
(...)
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
(...)
Walt Whitman
(1819-1892)
martes, 3 de junio de 2014
Los guiones de vida
Eric Berne observó que todas las personas a las que acompañaba en su proceso de terapia psicológica actuaban siguiendo lo que él denominó un “guión de vida”, que es como el argumento prestablecido de una obra dramática que la persona se siente obligada a representar, independientemente de si se identifica o no con su personaje. Según esto, vivimos según unos planes de vida que contienen lo más significativo de lo que nos va a suceder y que responden a decisiones tomadas en la infancia. Conforman patrones de actuación que nos impiden vivir de una manera plena y libre. ¿Cómo salir de esta trampa y comenzar una vida de auténtica libertad?
Y es que cuando uno está representando un guión lo que está haciendo es actuar según la definición del personaje que ha sido escrita por otro. Según las investigaciones llevadas a cabo por Eric Berne a lo largo de toda su experiencia profesional como psicoterapeuta, el guión de vida lo establece el niño durante su infancia, bajo la influencia sobre todo de sus padres y otras figuras parentales. Dicho guión se va reforzando por las diferentes experiencias y acontecimientos que el niño va viviendo a medida que crece.
Afortunadamente, la investigación muestra que los guiones de vida no están cerrados, sino que pueden ser modificados. Y lo que es más importante, ese cambio de guión se realiza cuando el nuevo guionista decide ser uno mismo, reescribiendo el guión a su modo a partir de un progresivo proceso de toma de conciencia de cuáles son los elementos que condicionan y a la vez, de cuáles son los deseos legítimos según los que la persona quiere vivir su vida.
Adaptado de un texto de Alex Rovira
Tlf.: 661304420
Psicóloga. Terapia Gestalt. Terapia de Pareja
C/Príncipe de Vergara, 264
Madrid 28016. Zona Chamartin
miércoles, 14 de mayo de 2014
El proceso de Duelo
El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.). Es decir, un duelo no solo se produce ante la muerte de un ser querido. Como dice Fina Sanz (psicóloga, sexóloga y pedagoga, creadora de la Terapia de Reencuentro) "los duelos son despedidas de algo que hemos perdido, real o imaginario, externo o interno. Son despedidas difíciles y dolorosas, que requieren atravesar un proceso con diferentes fases y hace falta tiempo, espacio interno (y a veces un acompañamiento terapéutico) para elaborarlo". Por elaboración del duelo se entiende el transcurso del proceso desde que la pérdida se produce hasta que se supera.
Ante la muerte simbólica del desamor en la pareja, Fina Sanz habla
de cuatro fases del duelo. La negación "no querer reconocer lo que está
ocurriendo", la ira "hacia la persona que quiere dejar la relación o
su entorno", la negociación "o el intento de llegar a un acuerdo para
que esa relación no se rompa", la depresión "cuando descubre que haga
lo que haga no puede impedir la ruptura " y por último la pseudo
aceptación "en donde parece que se acepta la situación". Sólo cuando
esta última fase "se convierte en una verdadera aceptación se considera
superado el duelo".
La médico y tanatóloga Elizabeth Kübler Ross describió cinco
etapas del duelo:
1) Negación y aislamiento: la negación es un mecanismo que nos permite amortiguar o
postergar un poco el dolor ante una noticia o hecho inesperado que nos impacta.
Esta primera barrera de defensa lleva a la persona a decir y sentir: “no puede
ser, debe de ser un error, no quiero que sea así”. La persona siente
incredulidad ante los hechos y se autoconvence de que ha habido una equivocación.
2) Ira: la negación es sustituida por la rabia, la envidia y el
resentimiento; surgen todos los por qué. Es el intento de rebelarse contra la
realidad, aparece un sentimiento de injusticia: se pregunta ¿por qué a mí, por
qué ahora? Se enfada con el mundo, con la vida, con Dios. Es una fase difícil
de afrontar para la persona y todos los que la rodean; esto se debe a que la
ira se desplaza en todas direcciones, muchas veces injustamente. La persona suele
quejarse por todo; todo le viene mal y es criticable. También hay mucha
autocrítica y enfado consigo misma; puede responder con dolor y lágrimas, culpa
o vergüenza. La familia y quienes lo rodean no deben tomar esta ira como algo
personal para no reaccionar en consecuencia con más ira, lo que fomentará la
conducta hostil del doliente.
3) Pacto o negociación: la negociación es una nueva conducta defensiva que trata de
evitar lo inaceptable; un canje que pretende restitución a cambio de buena
conducta. La persona recurre al pensamiento mágico: se piensa en hacer un
trato con la vida, con Dios, con el diablo, con la pareja cuando hay una
separación. Estos pactos generalmente no se comunican sino que la persona los
vive en secreto.
4) Depresión: cuando la realidad se impone y los diferentes intentos de negación
o negociación se agotan, aparecen sentimientos de angustia e ideas circulares y
negativas. La persona se debilita, adelgaza, se ve invadida por una profunda
tristeza. Es como si “se rindiera” a su profundo dolor. Este es un estado, en
general, temporario y preparatorio para la aceptación de la realidad en el que
es contraproducente intentar animar a la persona y sugerirle mirar las cosas
por el lado positivo. Los que le quieren desean que esté bien y le animan a
salir de su estado de tristeza y desesperanza lo antes posible pero esto genera en
la persona sentimientos de incomprensión y a la vez de autocrítica, porque
aunque desea estar “como antes” en este momento de su proceso le es imposible
hacerlo. Esta etapa se resuelve más rápidamente cuando la persona encuentra el
coraje y el entorno donde poder expresar la profundidad de su angustia y
recibir la contención que necesita frente sus temores y fantasías.
5) Aceptación: Llegar aquí requiere que la persona
haya tenido el acompañamiento y el tiempo necesarios para superar las fases
anteriores. La aceptación solamente aparece cuando
la persona ha podido elaborar su ansiedad y su ira, ha resuelto sus asuntos
incompletos y ha podido abandonar la postura autodiscapacitada ante la
depresión. Quien ha pasado por las etapas
anteriores en las que pudo expresar sus sentimientos -su envidia por los que no
sufren este dolor, la ira, la rabia por la pérdida, la tristeza y la angustia- verá
llegar un nuevo día con más tranquilidad.
No hay que
confundirse y creer que la aceptación es una etapa feliz: en un principio está
casi desprovista de sentimientos, a esta etapa se llega casi siempre muy débil
y cansado. Esto se debe al esfuerzo de renunciar a una realidad que ya no es
posible. Por regla general, uno prefiere estar solo, preparándose para su
futuro, y hacer evaluación sobre el balance de su vida; una experiencia que
siempre es personal y privada. Luego comienza a sentirse una cierta paz, se
puede estar bien solo o acompañado, no se tiene tanta necesidad de hablar del propio
dolor... la vida se va imponiendo. Y también la esperanza.
Estas
etapas no necesariamente suceden en el orden descrito arriba, ni todas ellas son
experimentadas por todas las personas, aunque a menudo, atravesarán varias de estas etapas en un efecto «montaña
rusa», pasando entre dos o más etapas, y volviendo a hacerlo una o varias veces
antes de finalizar.
Las
personas que estén atravesando estas etapas no deben forzar el proceso. El
proceso de duelo es altamente personal y no debe ser acelerado, ni alargado.
Uno debe ser meramente consciente de
que las etapas van a ser dejadas atrás y que el estado final de aceptación va a
llegar.
Tlf.: 661304420
Psicóloga. Terapia Gestalt. Terapia de Pareja
C/Príncipe de Vergara, 264
Bibliografía:
Elizabeth Kübler Ross "On death and dying"
Fina Sanz "Los Vínculos amorosos"
Jorge Bucay "El camino de las Lágrimas"
lunes, 17 de marzo de 2014
Gestalt, psicoterapia emocional
"...sentir, reconocer mi experiencia, abrirme a las emociones que se me despiertan en relación con mi entorno y a los tonos emocionales con los que me trato a mí mismo/a, atendiéndolos, asumiéndolos como propios y encarando sus consecuencias, es lo que facilita que mi vida vaya adquiriendo el sentido que tiene y que quiero y puedo darle."
Cristina Nadal
Tlf.: 661304420
Psicóloga. Terapia Gestalt. Terapia de Pareja
C/Príncipe de Vergara, 264
Madrid 28016
miércoles, 19 de febrero de 2014
Estoy deprimido...
– ¿Qué te pasa?
– ¡No lo sé!
– ¿Qué sentís?
– Me siento mal y es diferente de lo que sentía.
¿Te duele?
– Muy poco, ahora.
– No es eso. ¿tenés miedo?
– En
un momento pensé que sí. Todos mis seres queridos sugerían que eso era
lo que me pasaba; creo que era lo que ellos sentían. No, no es miedo.
Mirá, nunca lo sentí antes.
– Tratá
de aumentar tu darte cuenta, de contactarte con tu sentir. Dejá hablar a
tu imaginación. ¡Ahora! -Recuerdo a Inés cuando perdió su embarazo…
Recuerdo a Cristina después de su separación… Recuerdo a Tito cuando lo
conocí…
– ¿Cuál es el punto común entre ellos, en esos momentos?
– Estaban deprimidos… -¿Y bien?
– ¡Eso es!: estoy deprimido. ¡DEPRIMIDO!
Es fantástico, recién ahora me doy cuenta de que nunca antes había estado deprimido, real, auténtica y totalmente deprimido.
– ¿Cómo es estar deprimido?
– Siento
que estoy en un larguísimo viaje, solo. En el camino hay piedras
inmensas y profundos abismos que me impiden el paso… yo estoy
absolutamente imposibilitado de actuar, no tengo fuerzas para levantar
las piedras ni para saltarlos precipicios… Hace siglos que recorro este
camino… Estoy muy cansado, me cuestiono si vale la pena seguir andando.
Quiero imaginarme el final del camino y lo único que consigo ver es un
sendero que se angosta hasta llegar a un cartel. El cartel dice:
ESTE ES EL FINAL
¡Eso es todo!
Me digo que no es posible… ¡Debe haber algo más! Miro el otro lado del cartel. Hay algo escrito.
REALMENTE ES EL FINAL
– ¿Qué final?
– El final, el gran final. -¿Es la muerte?
– Debe tener que ver con eso, pero no es el dejar de respirar, o de caminar o de latir; es peor. Es el dejar de sentir…
– Conéctate
con eso, no abandones esa sensación. -En el camino, yo. Me dejo estar,
de a ratos parado, en otros agachado, ahora rodando hacia abajo y cuanto
más ruedo más pequeño me hago… Dejo de rodar… Estoy boca abajo y siento
el peso de todo sobre mi espalda. Todo el mundo, todo el universo
apoyado sobre mí y yo sin fuerzas para levantar una pluma…
– No hagas fuerza…
– Me aplasta… me aplasta… me agujerea… me traspasa.
– Seguí…
-Tengo un gran agujero en mi pecho, se puede ver a través de él. Yo veo
cómo el hueco se agranda. Soy más liviano. Floto. Estoy sin estar.
– Déjate flotar.
– Me dejo. De todas maneras, nada podría hacer para evitarlo.
– No
se trata de que puedas o no evitarlo. Se tata de que respetes tu estado
personal, se trata de no oponerte a tu realidad de hoy. Se trata de no
interrumpir un proceso en curso. Se trata de dejar salir esta depresión,
que si está, lo mejor es que se manifieste y se agote, para poder
después pasar a tu siguiente momento.
– Sí…"
Jorge Bucay
"Cartas para Claudia"
lunes, 20 de enero de 2014
El deber de la felicidad
"Hay muchos caminos que conducen a la Sabiduría -dicen los sufíes orientales- cuando busquéis, buscad la alegría..."
¿De qué sirve despellejarse los dedos escarbando sin parar la tierra de nuestro jardín para quitar las piedras? Acabamos agotados en vano: cuanto más excavamos más piedras aparecen! A pesar de todos mis esfuerzos siempre quedarán piedras en la tierra! ¿Y si reservara fuerzas para regar las flores? Incluso para plantarlas... aunque sea sobre las piedras.
Serge Ginger
"Gestalt, el arte del contacto"
martes, 3 de diciembre de 2013
El placebo y la psicoterapia son mejores que los antidepresivos para tratar la depresión - Entrevista a Irving Kirsch
Irving Kirsch y su equipo de investigación han sido los artífices de una prometedora y provocadora línea de investigación que ha puesto en tela de juicio la eficacia de los antidepresivos y que ha revolucionado la interpretación de los resultados de la literatura científica en depresión, cuestionando seriamente los modelos de enfermedad mental y la práctica médica habitual, basada exclusivamente en la intervención farmacológica para este tipo de pacientes (para más información ver: Irving Kirsch y la caída del mito de los antidepresivos). Aprovechando su próxima visita a España, Infocop ha realizado, junto con la SEPCyS, una entrevista a este conocido psicólogo, quien reflexiona sobre los últimos hallazgos en este campo y su repercusión en la práctica clínica. La entrevista original, en inglés, puede verse aquí.
lunes, 25 de noviembre de 2013
Re-hacerse
« Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo ».
"La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose."
Julio Cortázar
martes, 12 de noviembre de 2013
Convertirse en sí mismo
"Hay una parte de cada ser vivo que desea convertirse en sí misma, el renacuajo en rana, la crisálida en mariposa, el ser humano herido en ser humano sano. Eso es la espiritualidad."
Ellen Bass
lunes, 17 de junio de 2013
¿Cómo es la Terapia Gestalt?
"La Gestalt no resuelve, no aconseja, no juzga, no dice lo que debería de ser, no regaña, no compadece, no da recomendaciones, no da sermones. La Gestalt busca que cada quien se conozca a sí mismo, sea consciente de ser quien es, se acepte y se responsabilice de ser la persona que es. No es nada sencillo, requiere de mucho coraje dejar de depender de otros. Pero es la única manera de crecer. Como dijo Sarte, estamos condenados a ser libres. Tenemos que tomar decisiones todo el tiempo. Y, aún cuando no decidimos, ya estamos tomando la decisión de no decidir y somos responsables de eso."
Guadalupe, Gestalt Mar del Plata
Tlf.: 661304420
Psicóloga. Terapia Gestalt. Terapia de Pareja
C/Príncipe de Vergara, 264
Madrid 28016
martes, 8 de febrero de 2011
Cambios y Transiciones
Necesitamos permitirnos hacer tránsitos.
El cambio no es inmediato. Hay que lidiar con la etapa de transformación, que implica el recorrido, el camino, el movimiento hacia. Sostener la angustia que nos invade en esa tierra de nadie del proceso de cambio.
La Terapia Gestalt lo llama el “impasse”, el “vacío fértil”. Allí nada es lo que era y lo por venir aún no se ha formado…
Podemos vivirlo con el vértigo del miedo a lo desconocido, o desde el sentimiento de aventura y desafío ante lo que está por llegar.
El cambio no es inmediato. Hay que lidiar con la etapa de transformación, que implica el recorrido, el camino, el movimiento hacia. Sostener la angustia que nos invade en esa tierra de nadie del proceso de cambio.
La Terapia Gestalt lo llama el “impasse”, el “vacío fértil”. Allí nada es lo que era y lo por venir aún no se ha formado…
Podemos vivirlo con el vértigo del miedo a lo desconocido, o desde el sentimiento de aventura y desafío ante lo que está por llegar.
Alejandra
sábado, 5 de febrero de 2011
Terapia de Pareja
Las buenas relaciones de pareja exigen trabajo. El mejor elemento para predecir el futuro de una relación no es el amor que se tienen dos personas, sino la forma en que resuelven los conflictos y desacuerdos.
La comunicación es esencial en cualquier relación de pareja porque es a través de ella como podemos conocernos y comprendernos y, por tanto, amarnos. La comunicación deficiente en la pareja y la forma, muchas veces negativa, de afrontar los conflictos, constituyen los principales enemigos de la relación.
Se ha demostrado que la forma de comunicarse y de afrontar los conflictos predicen los problemas de la relación en el futuro, pero la pareja tiene la capacidad de prevenirlos o modificarlos ayudados por un profesional experto mediante la Terapia de Pareja.
Alejandra Hernández Di Bartolomei
Psicoterapeuta, Terapeuta de Parejas
Tlf.: 661304420
Madrid, Zona Chamartín
psicologa@alejandra-hernandez.com
jueves, 20 de enero de 2011
El regalo del perdón
Al perdonar nos desprendemos del dolor y es en ese desprendimiento del dolor donde podemos liberarnos y encontrar nuestra sanación. Pero esto es difícil de hacer. Si hemos sido heridos o maltratados perdemos nuestro sentido de la dignidad y autoestima. Por eso es importante reconstruir nuestra confianza en nosotros mismos. Ese dolor encerrado nos mantiene en un estado de separación, alienados de nosotros mismos y de los demás. Cuando se trabaja en psicoterapia con el dolor, la rabia y el odio reprimidos, se crea el espacio para que crezca el perdón.
Perdonar es eliminar las barreras que nos mantienen aislados los unos de los otros. Éstas son difíciles de quitar porque al mismo tiempo que nos aíslan nos aportan una identidad, nos dan una sensación de seguridad y protección. Decir “perdóname” o “te perdono” implica para el ego dejar espacio a la blandura y la humildad, y es algo que no nos gusta hacer (o nos da miedo, lo percibimos como una amenaza). Perdonar a otros por los insultos, reales o imaginados, es debilitar la barrera entre el yo mismo y el otro”.
Sin embargo, perdonar es sobre todo un regalo que nos hacemos a nosotros mismos. Al perdonar nos liberamos. El perdón es aprender a ser compasivo y generoso. Pero perdonar no es olvidar. No se puede ignorar y menospreciar la profundidad del sentimiento implicado, la necesidad de comprender lo que sucedió, y el verdadero impacto que tuvo en nuestras vidas. Olvidar no supone necesariamente resolver, a veces simplemente el dolor está enterrado y surge en cuanto tiene oportunidad, causando más problemas. Olvidar sin perdonar tiende a crear más negatividad. Como dicen Eddie y Debbie Shapiro, en su libro “La sanación”: “El perdón supone pleno reconocimiento de lo que ocurrió y del efecto que eso tuvo sobre todos los implicados. Es una aceptación del dolor que ha causado y, al mismo tiempo, un desprenderse de las acusaciones al autor del daño”.
Perdonarnos a nosotros mismos
En la niñez tendemos autoinculparnos del daño que otros nos hacen. En situaciones de maltrato y abuso, muchos niños creen que el problema es que hay algo malo en ellos. Es como si el niño pensara “Tal vez me lo merezco. Debo haber hecho algo malo para que esto me ocurra”. Estos pensamientos se mantienen al hacerse adultos, dificultando nuestra vida y manteniéndonos en un estado de confusión y desesperanza.
Si somos los causantes del daño, la culpabilidad tiende a quedarse con nosotros, a mantenernos sumidos en el temor a nosotros mismos, impidiéndonos ser libres. Es como si abrigáramos la creencia inconsciente de que al autotorturarnos con la culpa, "pagamos" el daño de alguna manera. Es una manera de autocastigarnos. Sin embargo, la culpa no hace otra cosa que crear más sufrimiento e impedirnos avanzar.
Un primer paso para desarrollar el perdón a nosotros mismos es tomar consciencia de que ya no somos los mismos que éramos cuando cometimos el acto por el que todavía nos sentimos culpables. Esto no significa que lo que hicimos sea permisible. Al ser capaces de entender la ignorancia y la confusión a partir de las cuales actuamos, podemos aceptar nuestros errores y liberarnos de ellos con compasión.
Desprendernos de la culpabilidad que llevamos dentro nos permite respirar profundamente y dejar que la vida siga su curso. Tal como señala John Bradshaw “hasta que no aprendamos a perdonar, no podremos dar por concluido el pasado, y hasta que no demos por concluido el pasado no podremos ser seres humanos adultos y completos en el presente”.
Pero insisto, para que la curación sea profunda es esencial aclarar cuáles son los verdaderos sentimientos y trabajar en ellos. Desde ese punto de partida sí es posible sanar las heridas del resentimiento y la culpa que nos llevan a la separación y el aislamiento,; perdonar, perdonarnos y llegar a experimentar crecimiento, amor y una paz real.
lunes, 17 de enero de 2011
Ir al psicólogo
Te sientes mal. Es más, llevas tiempo sintiéndote mal. Te sientes triste con frecuencia, con ansiedad y angustia ante las situaciones cotidianas que vives como si “te pusiesen a prueba”. Todo se te hace un mundo, te cuesta ponerte en marcha por las mañanas, nada te motiva, parece que no haces nada bien. A la vez te culpas por sentirte así. Crees que no hay una razón de peso, pero desde hace ya bastante tiempo es como si no levantaras cabeza…
Tal vez te ha pasado que, como muchas otras personas, has intentado diferentes formas de poner fin a tu malestar. Has recurrido a la familia y has tenido innumerables charlas con amigos y con compañeros de trabajo, has leído libros de autoayuda, has intentado “distraerte”, has hecho el esfuerzo de plantarle una sonrisa a la vida.
Sin embargo estás empezando a sentir cansancio de no encontrar una solución, de no sentir alegría, tranquilidad, de no disfrutar realmente de las cosas, de no tener energía, de sentirte irritable, triste o malhumorado, de la sensación de estar desbordado y ver que nadie te entiende, de no encontrarle sentido a casi nada. Estás empezando a pensar que deberías buscar ayuda profesional, pero…
Aún siendo conscientes de su malestar, cuando algunas personas se plantean la posibilidad o la necesidad de “ir al psicólogo” es normal que tengan sentimientos contradictorios. Puede ser el miedo a lo desconocido, ideas negativas asociadas a la psicología, sentimientos relacionados con la propia imagen para el entorno familiar y social “pensarán que estoy muy mal”, “solo los locos van al psicólogo”, “si voy significa que soy incapaz de resolver por mí mismo los problemas”.
Es decir, al verse en la necesidad de una ayuda profesional de este tipo, al mismo tiempo que lo vislumbran con una esperanza de mejoría, muchas personas conectan con un sentimiento de fracaso y vergüenza, de inferioridad, como si “no fueran tan capaces como los demás” de resolver sus problemas.
Muchas personas encuentran difícil pedir ayuda cuando su rol ha sido siempre el opuesto: están acostumbrados a mostrarse fuertes y a ocultar sus sentimientos y a apoyar a los demás.
Todos estos pensamientos-sentimientos-creencias parecen alimentar la falta de autoestima que ya se encuentra bajo mínimos.
Ser consciente de todo esto, saber que es un bloqueo normal que forma parte del propio malestar, saber que se superará en cuanto se den los primeros pasos hacia una solución, ayudan a iniciar cuanto antes un proceso terapéutico que tiene como objetivo recuperar la sensación de control sobre la propia vida, recuperar la alegría y el disfrute consigo mismo y con los demás.
La salud es un estado de armonía en todos los aspectos de nuestra vida: física, psicológica, relacional, social y espiritual. Cuanto antes comencemos el “camino de la salud”, antes conseguiremos estar a gusto con nuestra vida y con todo lo que nos rodea.
Tal vez te ha pasado que, como muchas otras personas, has intentado diferentes formas de poner fin a tu malestar. Has recurrido a la familia y has tenido innumerables charlas con amigos y con compañeros de trabajo, has leído libros de autoayuda, has intentado “distraerte”, has hecho el esfuerzo de plantarle una sonrisa a la vida.
Sin embargo estás empezando a sentir cansancio de no encontrar una solución, de no sentir alegría, tranquilidad, de no disfrutar realmente de las cosas, de no tener energía, de sentirte irritable, triste o malhumorado, de la sensación de estar desbordado y ver que nadie te entiende, de no encontrarle sentido a casi nada. Estás empezando a pensar que deberías buscar ayuda profesional, pero…
Aún siendo conscientes de su malestar, cuando algunas personas se plantean la posibilidad o la necesidad de “ir al psicólogo” es normal que tengan sentimientos contradictorios. Puede ser el miedo a lo desconocido, ideas negativas asociadas a la psicología, sentimientos relacionados con la propia imagen para el entorno familiar y social “pensarán que estoy muy mal”, “solo los locos van al psicólogo”, “si voy significa que soy incapaz de resolver por mí mismo los problemas”.
Es decir, al verse en la necesidad de una ayuda profesional de este tipo, al mismo tiempo que lo vislumbran con una esperanza de mejoría, muchas personas conectan con un sentimiento de fracaso y vergüenza, de inferioridad, como si “no fueran tan capaces como los demás” de resolver sus problemas.
Muchas personas encuentran difícil pedir ayuda cuando su rol ha sido siempre el opuesto: están acostumbrados a mostrarse fuertes y a ocultar sus sentimientos y a apoyar a los demás.
Todos estos pensamientos-sentimientos-creencias parecen alimentar la falta de autoestima que ya se encuentra bajo mínimos.
Ser consciente de todo esto, saber que es un bloqueo normal que forma parte del propio malestar, saber que se superará en cuanto se den los primeros pasos hacia una solución, ayudan a iniciar cuanto antes un proceso terapéutico que tiene como objetivo recuperar la sensación de control sobre la propia vida, recuperar la alegría y el disfrute consigo mismo y con los demás.
La salud es un estado de armonía en todos los aspectos de nuestra vida: física, psicológica, relacional, social y espiritual. Cuanto antes comencemos el “camino de la salud”, antes conseguiremos estar a gusto con nuestra vida y con todo lo que nos rodea.
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