.

.
La Terapia Gestalt enseña, a través de la toma de conciencia, a deshacer los mecanismos interiores que nos empujan a conductas repetitivas e ineficaces para solucionar los problemas que se nos presentan. Es en la repetición de patrones inconscientes donde se encuentra el orígen de nuestras frustraciones; con la Terapia Gestalt nos hacemos más conscientes de lo que hacemos, de este modo, vamos desarrollando la habilidad para aceptarnos y para experimentar el "aquí y ahora" sin tanta interferencia de las respuestas fijadas del pasado. Con Terapia Gestalt podrás superar los conflictos y dificultades, mejorando la relaciones contigo mismo y con los otros y aumentando tu calidad de vida. La Psicoterapia Gestalt te ayuda a superar estados de Ansiedad, Depresión, Dependencia emocional, Baja Autoestima, Problemas de Pareja. Te permite conocerte mejor a ti mismo y encontrar nuevas herramientas con las que resolver las dificultades con tu familia, relaciones, pareja, amigos, trabajo, y todo lo que te está impidiendo disfrutar de tu vida, y así sentirte mas pleno, motivado y feliz.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Estoy deprimido...





"Ayer nos sentamos a charlar yo y ”Mi Terapeuta”.
– ¿Qué te pasa?
– ¡No lo sé!
– ¿Qué sentís?
– Me siento mal y es diferente de lo que sentía.
¿Te duele?
– Muy poco, ahora.
– No es eso. ¿tenés miedo?
– En un momento pensé que sí. Todos mis seres queridos sugerían que eso era lo que me pasaba; creo que era lo que ellos sentían. No, no es miedo. Mirá, nunca lo sentí antes.
– Tratá de aumentar tu darte cuenta, de contactarte con tu sentir. Dejá hablar a tu imaginación. ¡Ahora! -Recuerdo a Inés cuando perdió su embarazo… Recuerdo a Cristina después de su separación… Recuerdo a Tito cuando lo conocí…
– ¿Cuál es el punto común entre ellos, en esos momentos?
– Estaban deprimidos… -¿Y bien?
– ¡Eso es!: estoy deprimido. ¡DEPRIMIDO!
Es fantástico, recién ahora me doy cuenta de que nunca antes había estado deprimido, real, auténtica y totalmente deprimido.
– ¿Cómo es estar deprimido?
– Siento que estoy en un larguísimo viaje, solo. En el camino hay piedras inmensas y profundos abismos que me impiden el paso… yo estoy absolutamente imposibilitado de actuar, no tengo fuerzas para levantar las piedras ni para saltarlos precipicios… Hace siglos que recorro este camino… Estoy muy cansado, me cuestiono si vale la pena seguir andando. Quiero imaginarme el final del camino y lo único que consigo ver es un sendero que se angosta hasta llegar a un cartel. El cartel dice:
ESTE ES EL FINAL
¡Eso es todo!
Me digo que no es posible… ¡Debe haber algo más! Miro el otro lado del cartel. Hay algo escrito.
REALMENTE ES EL FINAL
– ¿Qué final?
– El final, el gran final. -¿Es la muerte?
– Debe tener que ver con eso, pero no es el dejar de respirar, o de caminar o de latir; es peor. Es el dejar de sentir…
– Conéctate con eso, no abandones esa sensación. -En el camino, yo. Me dejo estar, de a ratos parado, en otros agachado, ahora rodando hacia abajo y cuanto más ruedo más pequeño me hago… Dejo de rodar… Estoy boca abajo y siento el peso de todo sobre mi espalda. Todo el mundo, todo el universo apoyado sobre mí y yo sin fuerzas para levantar una pluma…
– No hagas fuerza…
– Me aplasta… me aplasta… me agujerea… me traspasa.
– Seguí… -Tengo un gran agujero en mi pecho, se puede ver a través de él. Yo veo cómo el hueco se agranda. Soy más liviano. Floto. Estoy sin estar.
– Déjate flotar.
– Me dejo. De todas maneras, nada podría hacer para evitarlo.
– No se trata de que puedas o no evitarlo. Se tata de que respetes tu estado personal, se trata de no oponerte a tu realidad de hoy. Se trata de no interrumpir un proceso en curso. Se trata de dejar salir esta depresión, que si está, lo mejor es que se manifieste y se agote, para poder después pasar a tu siguiente momento.
– Sí…"

Jorge Bucay
"Cartas para Claudia"