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La Terapia Gestalt enseña, a través de la toma de conciencia, a deshacer los mecanismos interiores que nos empujan a conductas repetitivas e ineficaces para solucionar los problemas que se nos presentan. Es en la repetición de patrones inconscientes donde se encuentra el orígen de nuestras frustraciones; con la Terapia Gestalt nos hacemos más conscientes de lo que hacemos, de este modo, vamos desarrollando la habilidad para aceptarnos y para experimentar el "aquí y ahora" sin tanta interferencia de las respuestas fijadas del pasado. Con Terapia Gestalt podrás superar los conflictos y dificultades, mejorando la relaciones contigo mismo y con los otros y aumentando tu calidad de vida. La Psicoterapia Gestalt te ayuda a superar estados de Ansiedad, Depresión, Dependencia emocional, Baja Autoestima, Problemas de Pareja. Te permite conocerte mejor a ti mismo y encontrar nuevas herramientas con las que resolver las dificultades con tu familia, relaciones, pareja, amigos, trabajo, y todo lo que te está impidiendo disfrutar de tu vida, y así sentirte mas pleno, motivado y feliz.

viernes, 26 de diciembre de 2014

NO TE DETENGAS




No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
(...)

Walt Whitman

(1819-1892)

martes, 3 de junio de 2014

Los guiones de vida




Eric Berne observó que todas las personas a las que acompañaba en su proceso de terapia psicológica actuaban siguiendo lo que él denominó un “guión de vida”, que es como el argumento prestablecido de una obra dramática que la persona se siente obligada a representar, independientemente de si se identifica o no con su personaje. Según esto, vivimos según unos planes de vida que contienen lo más significativo de lo que nos va a suceder  y que responden a decisiones tomadas en la infancia. Conforman patrones de actuación que nos impiden vivir de una manera plena y libre. ¿Cómo salir de esta trampa y comenzar una vida de auténtica libertad?

Y es que cuando uno está representando un guión lo que está haciendo es actuar según la definición del personaje que ha sido escrita por otro. Según las investigaciones llevadas a cabo por Eric Berne a lo largo de toda su experiencia profesional como psicoterapeuta, el guión de vida lo establece el niño durante su infancia, bajo la influencia sobre todo de sus padres y otras figuras parentales. Dicho guión se va reforzando por las diferentes experiencias y acontecimientos que el niño va viviendo a medida que crece.

Afortunadamente, la investigación muestra que los guiones de vida no están cerrados, sino que pueden ser modificados. Y lo que es más importante, ese cambio de guión se realiza cuando el nuevo guionista decide ser uno mismo, reescribiendo el guión a su modo a partir de un progresivo proceso de toma de conciencia de cuáles son los elementos que condicionan y a la vez, de cuáles son los deseos legítimos según los que la persona quiere vivir su vida.


Adaptado de un texto de Alex Rovira


Tlf.: 661304420

Psicóloga. Terapia Gestalt. Terapia de Pareja
C/Príncipe de Vergara, 264
Madrid 28016. Zona Chamartin

miércoles, 14 de mayo de 2014

El proceso de Duelo



El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.). Es decir, un duelo no solo se produce ante la muerte de un ser querido. Como dice Fina Sanz (psicóloga, sexóloga y pedagoga, creadora de la Terapia de Reencuentro) "los duelos son despedidas de algo que hemos perdido, real o imaginario, externo o interno. Son despedidas difíciles y dolorosas, que requieren atravesar un proceso con diferentes fases y hace falta tiempo, espacio interno (y a veces un acompañamiento terapéutico) para elaborarlo". Por elaboración del duelo se entiende el transcurso del proceso desde que la pérdida se produce hasta que se supera.



Ante la muerte simbólica del desamor en la pareja, Fina Sanz habla de cuatro fases del duelo. La negación "no querer reconocer lo que está ocurriendo", la ira "hacia la persona que quiere dejar la relación o su entorno", la negociación "o el intento de llegar a un acuerdo para que esa relación no se rompa", la depresión "cuando descubre que haga lo que haga no puede impedir la ruptura " y por último la pseudo aceptación "en donde parece que se acepta la situación". Sólo cuando esta última fase "se convierte en una verdadera aceptación se considera superado el duelo".



La médico y tanatóloga Elizabeth Kübler Ross describió cinco etapas del duelo:



1) Negación y aislamiento: la negación es un mecanismo que nos permite amortiguar o postergar un poco el dolor ante una noticia o hecho inesperado que nos impacta. Esta primera barrera de defensa lleva a la persona a decir y sentir: “no puede ser, debe de ser un error, no quiero que sea así”. La persona siente incredulidad ante los hechos y se autoconvence de que ha habido una equivocación.

2) Ira: la negación es sustituida por la rabia, la envidia y el resentimiento; surgen todos los por qué. Es el intento de rebelarse contra la realidad, aparece un sentimiento de injusticia: se pregunta ¿por qué a mí, por qué ahora? Se enfada con el mundo, con la vida, con Dios. Es una fase difícil de afrontar para la persona y todos los que la rodean; esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones, muchas veces injustamente. La persona suele quejarse por todo; todo le viene mal y es criticable. También hay mucha autocrítica y enfado consigo misma; puede responder con dolor y lágrimas, culpa o vergüenza. La familia y quienes lo rodean no deben tomar esta ira como algo personal para no reaccionar en consecuencia con más ira, lo que fomentará la conducta hostil del doliente.

3) Pacto o negociación: la negociación es una nueva conducta defensiva que trata de evitar lo inaceptable; un canje que pretende restitución a cambio de buena conducta. La persona recurre al pensamiento mágico: se piensa en hacer un trato con la vida, con Dios, con el diablo, con la pareja cuando hay una separación. Estos pactos generalmente no se comunican sino que la persona los vive en secreto.

4) Depresión: cuando la realidad se impone y los diferentes intentos de negación o negociación se agotan, aparecen sentimientos de angustia e ideas circulares y negativas. La persona se debilita, adelgaza, se ve invadida por una profunda tristeza. Es como si “se rindiera” a su profundo dolor. Este es un estado, en general, temporario y preparatorio para la aceptación de la realidad en el que es contraproducente intentar animar a la persona y sugerirle mirar las cosas por el lado positivo. Los que le quieren desean que esté bien y le animan a salir de su estado de tristeza y desesperanza lo antes posible pero esto genera en la persona sentimientos de incomprensión y a la vez de autocrítica, porque aunque desea estar “como antes” en este momento de su proceso le es imposible hacerlo. Esta etapa se resuelve más rápidamente cuando la persona encuentra el coraje y el entorno donde poder expresar la profundidad de su angustia y recibir la contención que necesita frente sus temores y fantasías.

5) Aceptación: Llegar aquí requiere que la persona haya tenido el acompañamiento y el tiempo necesarios para superar las fases anteriores. La aceptación solamente aparece cuando la persona ha podido elaborar su ansiedad y su ira, ha resuelto sus asuntos incompletos y ha podido abandonar la postura autodiscapacitada ante la depresión. Quien ha pasado por las etapas anteriores en las que pudo expresar sus sentimientos -su envidia por los que no sufren este dolor, la ira, la rabia por la pérdida, la tristeza y la angustia- verá llegar un nuevo día con más tranquilidad.

No hay que confundirse y creer que la aceptación es una etapa feliz: en un principio está casi desprovista de sentimientos, a esta etapa se llega casi siempre muy débil y cansado. Esto se debe al esfuerzo de renunciar a una realidad que ya no es posible. Por regla general, uno prefiere estar solo, preparándose para su futuro, y hacer evaluación sobre el balance de su vida; una experiencia que siempre es personal y privada. Luego comienza a sentirse una cierta paz, se puede estar bien solo o acompañado, no se tiene tanta necesidad de hablar del propio dolor... la vida se va imponiendo. Y también la esperanza.



Estas etapas no necesariamente suceden en el orden descrito arriba, ni todas ellas son experimentadas por todas las personas, aunque a menudo, atravesarán varias de estas etapas en un efecto «montaña rusa», pasando entre dos o más etapas, y volviendo a hacerlo una o varias veces antes de finalizar.


Las personas que estén atravesando estas etapas no deben forzar el proceso. El proceso de duelo es altamente personal y no debe ser acelerado, ni alargado. Uno debe ser meramente consciente de que las etapas van a ser dejadas atrás y que el estado final de aceptación va a llegar.


Tlf.: 661304420
Psicóloga. Terapia Gestalt. Terapia de Pareja
C/Príncipe de Vergara, 264


                                                     
Bibliografía: 
Elizabeth Kübler Ross  "On death and dying"
Fina Sanz "Los Vínculos amorosos"
Jorge Bucay "El camino de las Lágrimas"

lunes, 17 de marzo de 2014

Gestalt, psicoterapia emocional







"...sentir, reconocer mi experiencia, abrirme a las emociones que se me despiertan en relación con mi entorno y a los tonos emocionales con los que me trato a mí mismo/a, atendiéndolos, asumiéndolos como propios y encarando sus consecuencias, es lo que facilita que mi vida vaya adquiriendo el sentido que tiene y que quiero y puedo darle."

Cristina Nadal



Tlf.: 661304420
Psicóloga. Terapia Gestalt. Terapia de Pareja
C/Príncipe de Vergara, 264
Madrid 28016

miércoles, 19 de febrero de 2014

Estoy deprimido...





"Ayer nos sentamos a charlar yo y ”Mi Terapeuta”.
– ¿Qué te pasa?
– ¡No lo sé!
– ¿Qué sentís?
– Me siento mal y es diferente de lo que sentía.
¿Te duele?
– Muy poco, ahora.
– No es eso. ¿tenés miedo?
– En un momento pensé que sí. Todos mis seres queridos sugerían que eso era lo que me pasaba; creo que era lo que ellos sentían. No, no es miedo. Mirá, nunca lo sentí antes.
– Tratá de aumentar tu darte cuenta, de contactarte con tu sentir. Dejá hablar a tu imaginación. ¡Ahora! -Recuerdo a Inés cuando perdió su embarazo… Recuerdo a Cristina después de su separación… Recuerdo a Tito cuando lo conocí…
– ¿Cuál es el punto común entre ellos, en esos momentos?
– Estaban deprimidos… -¿Y bien?
– ¡Eso es!: estoy deprimido. ¡DEPRIMIDO!
Es fantástico, recién ahora me doy cuenta de que nunca antes había estado deprimido, real, auténtica y totalmente deprimido.
– ¿Cómo es estar deprimido?
– Siento que estoy en un larguísimo viaje, solo. En el camino hay piedras inmensas y profundos abismos que me impiden el paso… yo estoy absolutamente imposibilitado de actuar, no tengo fuerzas para levantar las piedras ni para saltarlos precipicios… Hace siglos que recorro este camino… Estoy muy cansado, me cuestiono si vale la pena seguir andando. Quiero imaginarme el final del camino y lo único que consigo ver es un sendero que se angosta hasta llegar a un cartel. El cartel dice:
ESTE ES EL FINAL
¡Eso es todo!
Me digo que no es posible… ¡Debe haber algo más! Miro el otro lado del cartel. Hay algo escrito.
REALMENTE ES EL FINAL
– ¿Qué final?
– El final, el gran final. -¿Es la muerte?
– Debe tener que ver con eso, pero no es el dejar de respirar, o de caminar o de latir; es peor. Es el dejar de sentir…
– Conéctate con eso, no abandones esa sensación. -En el camino, yo. Me dejo estar, de a ratos parado, en otros agachado, ahora rodando hacia abajo y cuanto más ruedo más pequeño me hago… Dejo de rodar… Estoy boca abajo y siento el peso de todo sobre mi espalda. Todo el mundo, todo el universo apoyado sobre mí y yo sin fuerzas para levantar una pluma…
– No hagas fuerza…
– Me aplasta… me aplasta… me agujerea… me traspasa.
– Seguí… -Tengo un gran agujero en mi pecho, se puede ver a través de él. Yo veo cómo el hueco se agranda. Soy más liviano. Floto. Estoy sin estar.
– Déjate flotar.
– Me dejo. De todas maneras, nada podría hacer para evitarlo.
– No se trata de que puedas o no evitarlo. Se tata de que respetes tu estado personal, se trata de no oponerte a tu realidad de hoy. Se trata de no interrumpir un proceso en curso. Se trata de dejar salir esta depresión, que si está, lo mejor es que se manifieste y se agote, para poder después pasar a tu siguiente momento.
– Sí…"

Jorge Bucay
"Cartas para Claudia"

lunes, 20 de enero de 2014

El deber de la felicidad




"Hay muchos caminos que conducen a la Sabiduría -dicen los sufíes orientales- cuando busquéis, buscad la alegría..." 

¿De qué sirve despellejarse los dedos escarbando sin parar la tierra de nuestro jardín para quitar las piedras? Acabamos agotados en vano: cuanto más excavamos más piedras aparecen! A pesar de todos mis esfuerzos siempre quedarán piedras en la tierra! ¿Y si reservara fuerzas para regar las flores? Incluso para plantarlas... aunque sea sobre las piedras. 


Serge Ginger "Gestalt, el arte del contacto"